Es conocida prácticamente por todos la faceta “adivinatoria” en el punto de creer que sólo se trata de eso. El Tarot, es también uno de los métodos más conocidos para articular una comprensión del momento de un consultante, la realidad interior y la realidad exterior o destino.

Lenguaje, porque es un todo articulado y simbólico porque sus significados no se agotan, sino que son puertas para la percepción a diferentes niveles.

Se toma contacto con el misterio y te aporta una visión distinta al Universo.

Pueden observarse en la sucesión de estos símbolos la representación de mitos y arquetipos, tal y como señala Carl Gustav Jung, no sólo una imagen del mundo, sino también el viaje de la conciencia humana o el llamado viaje del héroe.

Por tratarse de una especie de código sagrado para muchos místicos y ocultistas, al tarot se le entiende como una herramienta de meditación e incluso de guía y comprensión profunda para indagar en el exterior y en el interior, y incluso una ayuda en la vía de la iluminación espiritual.

Para acceder a esta ayuda espiritual, el consultante y el tarotista deben realizar una serie de ejercicios preparatorios que les ayudarán a sincronizar su estado de conciencia ya realizar la lectura de forma más completa y precisa.

Pero en definitiva, el tarot es algo más que una herramienta de predicción o adivinación. Es una vía para comprender nuestro camino vital y conectar con el misterio que nos envuelve, una herramienta de transformación personal que nos ayuda a descubrir quiénes somos y cuál es nuestro destino.